¿Cómo podemos fortalecer nuestra resiliencia en la edad de la incertidumbre?, ¿Cuáles son los hábitos de las personas resilientes? La resiliencia es una habilidad fundamental que nos permite actuar de manera inteligente bajo presión, de maximizar nuestro desempeño, de recuperarnos de los reveses, y de lograr la plenitud y la felicidad. La historia de resiliencia de Maya Shankar nos inspira.

El sueño interrumpido de Maya Shankar
La historia de Maya Shankar es increíble e inspiradora. Su gran sueño era volverse una gran violinista. Era un sueño por el cual tenía talento. De hecho, se graduó en la prestigiosa escuela de música The Juilliard School en Nueva York. El célebre violinista Itzhak Perlman la eligió como su estudiante.
Pero todo cambió cuando Maya tenía 19 años. Mientras interpretaba el Capriccio N. 13 de Paganini se lesionó un tendón de la mano. Hasta allá llegó su sueño de volverse una violinista exitosa. Se le cayó el mundo encima.
Cuenta: “De niña estaba convencida de que la pasión de mi vida era el violín, y cuando me lesioné, me sentí perdida”.
Al mismo tiempo, el accidente le permitió desarrollar su resiliencia, planteándose nuevamente su proyecto de vida, además que su carrera profesional. Entendió que si todo había terminado, solo dependía de ella y del significado que le iba a dar a ese trágico evento.
“Con el tiempo me di cuenta de que no era el violín lo que me fascinaba, sino la posibilidad que me brindaba de entrar en contacto emocional con extraños. Un placer que hoy cultivo, de formas distintas pero no menos satisfactorias, con mi trabajo como científico cognitivo”.
De hecho, a raíz de su accidente decidió dedicarse al estudio de la mente humana. Hizo una carrera fabulosa. Después de conseguir un doctorado en la universidad de Oxford en ciencias cognitivas, se graduó en Stanford de un programa de posdoctorado en neurociencia cognitiva.
Además, se desempeñó como Asesora Principal del presidente Barack Obama, donde fundó y se desempeñó como presidenta del Equipo de Ciencias del Comportamiento de la Casa Blanca. Actualmente, es la directora sénior de economía del comportamiento en Google.
Finalmente, es la creadora del pódcast A slight change of plans (Un ligero cambio de planes) donde presenta historias ejemplares de personas resilientes.

Que es la resiliencia
La historia de Maya Shankar es inspiradora porque nos deja el aprendizaje que el fracaso de un sueño no es el fracaso de una vida.
Por eso, esta mujer extraordinaria bien representa lo que es la resiliencia y lo que esta virtud permite en nuestra vida: de seguir creciendo, de descubrir otras pasiones y talentos que tenemos, de reinventarnos, toda vez que sea necesario. Finalmente, de ser felices.
Parafraseando a Helen Keller podríamos decir que la resiliencia es la habilidad de no interpretar una curva como el fin de un camino, sino de reconocer la posibilidad de girar. De esta manera experimentamos que el camino sigue.
De hecho, quienes tienen resiliencia se adaptan a las curvas de la vida, la navegan con agilidad. No son rígidos, sino que se mantienen flexibles.
Dice Tony Robbins:
“Recuerda siempre que eres más grande que tus circunstancias, eres más que cualquier cosa que te pueda ocurrir.”
Por eso, la resiliencia es una virtud que no permite dejarnos abrumar por la muerte de un ser querido, un despido, un fracaso profesional, un amor que se desvanece, o un accidente.
Por lo contrario, es una virtud que nos permite vivir con coraje y en alineación con nuestra esencia auténtica.
Hábitos de las personas resilientes
Teniendo la oportunidad de trabajar con varios líderes empresariales, atletas y celebridades en varios países del mundo, he podido observar los siguientes 7 hábitos fundamentales de las personas resilientes.

1. Asumen responsabilidad. Las personas resilientes no se quejan. Tampoco culpan a personas o eventos de su condición. Por lo contrario, reconocen la habilidad que tienen de responder a cualquier circunstancia.
Después de su accidente, Maya Shankar no se quedó en un estado de sufrimiento. No se quejó de lo que había pasado. Reconoció que todo podía empezar nuevamente, sin tener que renunciar a su pasión más auténtica y profunda.
2. Reconocen la realidad por lo que es. Las personas resilientes también tienen la habilidad de no vivir en un estado de negación. Reconocen lo que es. Al mismo tiempo, no pintan una situación más oscura de la que es. Tampoco la embellecen.
Maya Shankar reconoció la gravedad de la lesión en el tendón. No la negó y tampoco la hizo peor de lo que era. Si terminaba su carrera de violinista, no terminaba pero su vida.
3. Reconocen en la adversidad una oportunidad. Las personas resilientes no se enfocan en lo negativo, sino que reconocen detrás de lo que le está pasando una oportunidad para crecer, cambiar, transformar.
Maya Shankar reconoció en el accidente la oportunidad para ir más a fondo con lo que la apasiona verdaderamente. Esta actitud le abrió el camino de la neurociencia cognitiva.
4. Tienen un propósito superior. Las personas resilientes no enfocan su vida en logros efímeros. Por lo contrario, se dejan inspirar y guiar por un propósito superior. Es este propósito que los anima y motiva en los momentos más difíciles de la vida.
A partir de su propia experiencia, hoy Maya Shankar está comprometida en inspirar personas a reconocer, hasta en los momentos de gran oscuridad, la oportunidad para reinventarse.
5. Se enfocan en su bienestar. Las personas resilientes cuidan su energía vital. La preservan y la fortalecen. Por eso reconocen la importancia de fomentar la salud cerebral a través de una alimentación sana, el ejercicio, el sueño restaurador.
Además, reconocen la importancia de fomentar relaciones positivas. Se alejan de personas tóxicas.
Aun si fue importante para Maya mirar a su interior, para descubrir sus motivaciones más profundas, tener una red de relaciones familiares y amigos fue importante en los momentos más oscuros de su vida.
6. Viven sin apego, porque saben que la incertidumbre es la dinámica que marca la existencia humana. Reconocen que la certidumbre es una ilusión.
Por eso, no se identifican con lo que hacen. Por lo contrario, se enfocan en el ser y desarrollan la habilidad de crear su realidad desde la autenticidad de su ser.
La crisis que inicialmente Maya Shankar vivió fue por qué se había identificado con su ser violinista. El sentido de la vida parecía entonces haber desvanecido cuando ser violinista ya no era una opción para ella.
Fue cuando descubrió que ser violinista solo era un vehículo para expresar su esencia, que logró reorientar su vida y a vivirla con plenitud nuevamente.
7. Viven las emociones con curiosidad. Las personas resilientes no distinguen entre emociones negativas y positivas. Son conscientes de que todas las emociones son importantes porque todas llevan mensajes importantes que necesitan ser escuchados. Por ende, no se identifican con las emociones, sino que la viven con lucidez y curiosidad. Se enfocan en el mensaje que llevan. Maya Shankar seguramente estuvo durante un tiempo en una condición de sufrimiento, secuestrada por emociones negativas. Pero con el tiempo logró entender que detrás de aquellas emociones había una invitación a explorar nuevos territorios y posibilidades.
Cómo puedes lograr la resiliencia
Además de desarrollar los hábitos de las personas resilientes, te quiero sugerir tres valores que te ayudarán a alimentar tu resiliencia: generosidad, optimismo y gratitud.

Generosidad. Las personas resilientes, más que concentrarse en sí mismas, se concentran en los demás. En este sentido, son también generosas. “Es en dar lo que recibimos”, decía Francisco de Asís. La generosidad fortalece las relaciones, desarrolla emociones expansivas y, por ende, la resiliencia.
Optimismo. Las personas resilientes se enfocan en el vaso medio lleno. Frente a una dificultad, siempre creen que hay una vía para resolverla. Reconocen en los obstáculos de la vida una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento. Mantienen la esperanza siempre.
Gratitud. Las personas resilientes son conscientes que donde hay gratitud no puede haber emociones negativas. Por eso, la gratitud fortalece nuestra vitalidad y por ende nuestra resiliencia.
Finalmente, para alimentar la resiliencia tenemos que enfocarnos en el “juego interno”, es decir, en la calidad de nuestras emociones, pensamientos, creencias. Tenemos que dejarnos guiar por un propósito superior y aprender a vivir con coraje desde nuestro yo auténtico.
A su vez, la resiliencia es la energía que necesitamos para realizar nuestros sueños, lograr nuestros objetivos, y vivir con plenitud.